martes, 8 de noviembre de 2011

Cazadores Urbanos

En el último tiempo hemos sido testigos de al menos tres tipos diferentes de cazadores que circulan usualmente por la villa, disparando a las aves impunemente, poniendo en riesgo no solo la armonía natural sino también nuestra seguridad.
En uno de los casos mencionados, tres individuos armados pasaron por el borde de nuestra propiedad un domingo cuando atardecía, disparando hacia los árboles. Debido a la disminución de la luz (porque el sol se estaba ocultando) los cazadores no podían ver si había gente en las proximidades (como el caso nuestro) así que no nos quedó más alternativa que meternos en casa y encerrar a los perros por la posibilidad de que alguna bala saliera mal disparada, hasta que los muchachos decidieron que ya era tiempo de subirse a su auto e irse a sus pagos.
Debemos destacar que esta situación no parece ser solo causada por visitantes ocasionales, sino que también algunos vecinos de la villa tienen esta manía de salir a matar aves. En el lote lindero a nuestra propiedad, tuvimos la oportunidad de ver a un vecino bajarse del vehículo y disparar hacia los árboles produciendo un ruido ensordecedor (estimamos que se trataba de una escopeta) sin poder saber hacia dónde. En otra oportunidad, un vecino nos informó que fue testigo de la manera en que otro vecino de la villa, que discurría con su vehículo por el paseo de los eucaliptos, paraba ocasionalmente, bajaba la ventanilla y, sin salir del auto, disparaba a los árboles, para luego seguir su camino. Lo más triste es que ni siquiera disparaba para cazar presas que luego se comería. Este mismo vecino fue visto también cazando palomas y chimangos, algunos de los cuales se pudieron hallar impunemente tirados en la vereda de su propiedad. ¿Qué nos está pasando?  ¿Cuál es el sentido de matar por matar y, sobre todo, en un lugar residencial? ¿Por qué no podemos valorar la importancia de tener una impresionante diversidad de aves, que embellecen el lugar con su presencia y sus cantos? Así como se mata un chimango se puede matar también alguna otra rapaz, como las tantas que se encuentran en peligro de extinción y algunas de las cuales nosotros tenemos la suerte de aun poder disfrutar en la villa.
Como vecinos y ambientalistas nos sentimos en la obligación de difundir estos hechos, tratando de concientizar al resto de los vecinos y visitantes sobre la necesidad de denunciar legalmente este tipo de situaciones. Ya hemos planteado el tema en los talleres sectoriales, ante autoridades del Municipio, y se nos ha informado que ante esta problemática debe acudirse a la Patrulla rural. La Brava no debe transformarse en una “tierra de nadie” donde todo está permitido. Y todos somos responsables de contribuir a que esto no suceda. No debemos olvidarnos que el lugar pronto será declarado un paisaje protegido, de acuerdo con la voluntad de todos los vecinos que lucharon para que esto sea posible en tantas reuniones vecinales y de la ONG. Todos juntos debemos defender a los animales, que legítimamente conviven con nosotros.

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